miércoles, 25 de marzo de 2009

PRACTICA GRUPO D - ¿OCIO PELIGROSO?


"El proyecto tiene un carácter sintético, que da unidad a la multiplicidad de los aspectos que intervienen en él. concretos y abstractos, internos y externos, y aborda con una visión global todas las escalas y todos los momentos del proceso. Eso quiere decir que el proyecto a 1/10000 atenderá implicaciones urbanísticas, a 1/5 resolverá un encuentro de materiales y a cada una de las escalas intermedias adecuará el grado de definición que corresponda. En ese sentido el papel del arquitecto se asemeja mucho al del director de cine, que tiene que ordenar una serie de factores del rodaje y jerarquizar la importancia de las distintas partes."

Elisa Valero Ramos, Ocio Peligroso. Introducción al proyecto de arquitectura.

A partir del texto de Elisa Valero que hemos visto en clase como introducción a los temas de Arquitectura y Proyecto, me gustaría que planteáseis aquí vuestros comentarios, críticas o reflexiones sobre el mismo.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista, concibo la arquitectura proyectada como una realidad funcional,
que tiene como base fundamental la "utilitas", y de la que dependen los otros dos componentes vitrubianos, incluso
llegando a decir q todo es una derivación progresiva de la firmitas en tanto que es pensada para el ser humano.
Éste me parece el aspecto fundamental que todo proyecto habitable debe poseer para convertirse en arquitectura.

El texto habla de originalidad en el proyecto.
Siempre se atiende a ideas que escapen de lo ordinario, pero intentando no caer en lo extravagante. Pues bien, yo creo
que la idea está mal encaminada, ya que hay que caer en lo ordinario siempre y cuando podamos, recoger elementos ordinarios y repetitivos
que apoyen a una idea de arquitectura proyectada funcional. Pero tampoco estoy negando la capacidad inventiva del arquitecto, pues siempre que
no interfiera en el campo de la funcionalidad es aconsejable innovar y ver que grado de aceptación recibe, así se avanzará en este fructífero
campo.

Otro de los aspectos a tocar es la calidad del proyecto. El proyecto es TOTALMENTE SUBJETIVO, por lo tanto estoy refiriendome a la imposibilidad
de evaluarlo academicamente, lo cual contrasta drásticamente con la filosofía de esta escuela. Otra persona no puede sentir las mismas emociones
que tú al ver tu proyecto y viceversa.

Estoy de acuerdo con el comentario de José Antonio Sosa. La idea de proyecto concebido como una realidad inalcanzable en su totalidad es magnífica,
pues pone de manifiesto la dificultad del arquitecto para "acomodarse" en un proyecto, tras haber descartado mil y una posibilidades en el proceso.

En lo que no estoy de acuerdo es con Koolhaas: la arquitectura no es una ciencia peligrosa, todo lo contrario, transforma un espacio hostil
en un espacio funcional para el ser humano, que lleva intrinsicamente la firmitas y la venustas. Por lo tanto, y ya acabo, la idea de exploración
en el campo de la arquitectura no debe ser peligrosa, sino atractiva, seductora, y esta sería la única forma de avanzar (arquitectónica y globalmente)
en el abrumador mundo que nos rodea.

TERÁN BRAGE, ALBERTO
nº 334 1º D

Anónimo dijo...

Proxectar non é simplemente recoller uns datos e aplicar a fórmula para obter a solución única. Proxectar é seguir un proceso moi moi longo (tan longo que en realidade nunca acabaría) consistente en plantexar solucións aos problemas iniciais, e logo aos problemas que xurdirán de plantexar as primeiras solucións. É un continuo aprobar e descartar ata que obtemos a resposta que nos convence (ou ata que hai que entregar). Pero, cal é a solución que nos convence? a máis ordinaria, igual a todo o que xa se fixo? ou pretendemos avanzar? E se avanzamos, en que sentido? Queremos algo que se aguante mellor en pé, que sexa máis barato, máis bonito, máis útil…? Ou buscamos algo innovador só para que chame a atención e todo o mundo saiba quen somos? Isto si que é perigoso.
A arquitectura é unha ciencia e como tal debe avanzar. Por iso o arquitecto proxecta cun dobre fin. O fin inmediato é gañar a vida, aprobar a asignatura. O fin último é o que se atopa detrás de tódolos proxectos (dos dun bo arquitecto). “Descubrir novos territorios”, “arriscarnos”, “profundizar en algo intenso e apaixonante”, “implicarnos en buscar solucións non convencionais”. O bo proxecto non só debe servir para gañar a vida, tamén ten que facer avanzar a arquitectura nalgún sentido. O bo arquitecto é o que non se conforma, o que se esforza en proxectar para facer o mundo un pouco mellor na medida en lle é posible.

RODRÍGUEZ ÁLVARO, ROBERTO Nº286 1ºD

Anónimo dijo...

La perfección no existe como tal, es como el infinito de las matemáticas, inalcanzable pero tan real, acotado por negativo y positivo, lo imperfecto y lo perfecto (todos sabemos que el 10x10^10 está más cerca del infinito positivo que el -10) y jugar a alcanzar la perfección es un juego tan peligroso como atractivo, la satisfacción de estar cada vez más cerca aun a sabiendas de que es inalcanzable. Soñando en llegar al infinito... Suena bien. Y como bien dijo Paulo Coelho "Es justamente la posibilidad de realizar un sueño lo que hace que la vida se vuelva interesante".

Y creo que quien halla entendido estas palabras a entendido lo que significa para mi ser arquitecto, alcanzar el proyecto perfecto.

Y coincidiendo plenamente con Elisa diré que proyectar es un acto creativo en el que integramos todos los nuestros saberes y que cuando mallor es el saber más cerca de la perfección estará el proyecto, que siempre te quedas con la sensación de que nunca es momento para finalizarlo, de que siempre tienes algo nuevo que aportar a mallores para mejorar, que cada proyecto que afrontamos es una progresión continua , pero con disyuntivas.

Y Comentando a otros compañeros, la realidad funcional de la arquitectura no recae en la utilitas solamente, un arquitecto debe crear una obra con las tres componentes vitrubianas y econtrar ese equilibrio entre ellas y si no es así yo creo que ya no es arquitectura.

Y que sí, que hay que despojarse de ideas preconcevidas y empezar a pensar por uno mismo, que las buenas y correctas ideas son universales y por ello llegaremos a ellas al igual que han llegado otros pero tambien podremos aportar las nuestras propias.

Yo creo que la arquitectura, el proyectar, es tan peligrosa como apasionante, es jugar a alcanzar algo que no existe, jugar a alcanzar la perfección, y no conformarnos nunca con acercarnos lo máximo posible.

Rey Boubeta, I. 1ºD

María Yges Martínez dijo...

Me gustaría empezar comentando el final del texto. En el último párrafo, Elisa Valero anota que cada proyecto es la ilusión de avanzar un poco más, que lleva implícita la ilusión del que construye los sueños, y, a mi parecer, tiene bastante razón al afirmarlo. Considero que un arquitecto debería ser capaz de proyectar en un papel lo que los demás tenemos en la mente, introducirse en ella y mostrarnos un resultado que nos agrade y que se asemeje lo más posible a nuestro sueño.

Pero como cada uno tenemos sueños diferentes, este debe saber acomodarse a cada situación. Aunque tenga como base y ejemplo otros proyectos, sueños, se le presentarán otros totalmente distintos, pero que tendrán que ser resueltos de la misma manera e incluso mejor.

No obstante, con esto sólo no basta. Un proyecto no creo que sea únicamente forma y estética, tiene huesos, huesos que el buen arquitecto sabe que están ahí y que resuelve para que los demás nos fijemos sólo en la piel y no nos preocupemos por si el interior está dando problemas y se nos pueda caer encima.

Como con todo en esta vida, el arquitecto no nace con estos conocimientos, alguien debe enseñarle, pues, como ya dije, no sólo es lo que se ve a simple vista, ``es preciso conocer un conjunto de conceptos básicos y adquirir un dominio progresivo de los mismos´´, en palabras de Elisa Valero. Y para eso está la Escuela.
Allí empezamos nuestros pasos en el gran juego del ajedrez, nos enseñan las normas para que luego nosotros podamos jugar nuestra partida perdiendo las mínimas fichas posibles.

Por ello, nos enseñan a ver y comprender nuestra misión, analizando y admirando lo que han hecho otros antes, y esa gente hizo lo mismo, aprendieron primero y luego jugaron su partida, unos mejor que otros.
Y aquí me gustaría calificar a la Escuela como maestra. Un maestro es alguien que enseña a los que enseñan, y nosotros ¿no enseñamos cuando realizamos un proyecto? ¿Y no seguimos los pasos iniciados por ella? Tomamos como maestros a aquellos a los que la Escuela ha enseñado (salvo alguna excepción), pero apenas la nombramos, cuando es ella la base de este saber el arte de la Arquitectura. Y digo arte porque la Arquitectura es algo admirable y bello, pero que además se rige por unos conceptos y normas, tiene un esqueleto que muchos no saben o no quieren ver.

Sánchez Eimil, Miguel dijo...

Elisa Valero dice en el texto: "La originalidad a toda costa o como fin en si misma no es garantía de creatividad, ni de calidad arquitectónica".
Cuando llegué a la Escuela, y más concretamente a la asignatura de Proyectos, la idea que tenía en mente era que el mejor proyecto sería el más original; por suerte, es una idea que ya he descartado.
El proyecto no es otra cosa que la búsqueda de la solución a un problema, y tanto en arquitectura como en otros campos, la solución más sencilla siempre es la más eficaz, y por lo tanto, la mejor. Pero lo bonito de la arquitectura es que la sencillez puede adoptar miles de formas, dependiendo del tipo de estructura, los materiales, la configuración del espacio… las diferentes combinaciones de todos los elementos arquitectónicos nos da infinitos proyectos distintos para una misma solución.
Para llegar a una buena solución hay que ver muchas soluciones propuestas ante un problema similar, lo que nos dará ideas para configurar nuestro propio proyecto y que éste sea adecuado. Esto no significa hacer un collage con otras arquitecturas, sino entender la solución que propone el arquitecto que proyectó dicha obra.
Esto nos puede llevar muchas veces a pensar en el plagio. Hay casos en los que, desde fuera, parece la misma solución; porque nos quedamos en la piel y no profundizamos el proyecto. Por ejemplo, dos obras vistas desde fuera, como son la Swiss Re Tower de Londres, de Norman Foster, y la Torre Agbar de Jean Nouvel. Por su forma exterior son dos obras muy similares, pero cuando nos sumergimos en todas las pequeñas partes del proyecto descubrimos que son totalmente diferentes. Eso pasa con grandes arquitectos y entre nosotros mismos, que dos soluciones a un mismo problema pueden parecer iguales cuando en realidad si no nos quedamos solo con la apariencia descubrimos que son totalmente diferentes.
La conclusión que he sacado en estos pocos meses que llevo en la Escuela es que para hacer un buen proyecto no hay que complicarse con estructuras extrañas o materiales exóticos, y no hay que tener miedo a ver otros proyectos u otras arquitecturas ya realizadas y extraer la idea para aplicarla adaptándola a nuestro proyecto.

Unknown dijo...

Al hablar del hecho de proyectar, referido a estudiantes de Arquitectura , cabe resaltar el contraste de esa doble acción de la que habla Valero Ramos pues, habitualmente, “el resultado evaluable y externo” se aparta radicalmente de tu intención proyectual. La verdad es que lo estudiantes muchas veces carecemos (en gran medida) de las armas necesarias para plasmar nuestro deseo, lo que no significa que nuestros esfuerzos resulten inútiles en absoluto, ya que gracias a ellos adquirimos poco a poco el tipo de recursos que necesitamos y que formarán siempre parte de nuestro camino. Me gusta pensar que la actividad proyectura es algo parecido al alter ego del arquitecto, el proyecto nos identifica y refleja en cada momento, sufre las consecuencias de nuestras experiencias y crece con nosotros; toda nuestra psicología se ve reflejada en el proyecto; por lo tanto, limitando nuestras intenciones de proyecto nos estamos limitando a nosotros mismos y si no le dedicamos la atención y dedicación suficiente a nuestro trabajo nos encontraremos personalmente perdidos y vacíos; deberíamos intentar dotar al proyecto del mayor número de posibilidades de expansión posibles y hacerlo muy resistente, porque esa resistencia puede que en un momento dado sea también la nuestra.
Es el atractivo de apartarse de la norma establecida lo que puede resultar peligroso para el proyectista (y para todo el mundo), lo que no significa que deba dejar de hacerlo, solo si cree que en esa dirección le espera algo interesante (y no como un fin absoluto), así, en esa peligrosidad puede que resida también la genialidad. No obstante ese interés de experimentar es el que debe calmar siempre el arquitecto o el estudiante pues, si no lo hace (ya sea por miedo, inseguridad...) siempre le faltará algo y nunca llegará a realizarse personal y profesionalmente.

Andrea Vázquez Costas
1º D

Anónimo dijo...

Nuestra segunda piel, la Escuela, un espacio cerrado donde compartimos nuestros sueños, nuestras ilusiones, donde nos planteamos nuestro futuro, un futuro que se alcanza mediante un camino, un largo recorrido lleno de obstáculos en el que poco a poco se va completando nuestra formación, pero ¿quién gritó miedo?
Nosotros somos los valientes, somos los creativos, una nueva generación capaz de hacer frente al proyecto más difícil que se nos pueda presentar. Somos soñadores, somos constructores de utopías de papel ideando arquitecturas para cobijar felicidad.

Día a día vemos en clase arquitecturas, algunas venían del cielo, en forma de estrellas de vidrios coloreados, otras se alzaban mientras canciones infantiles parecían sustituir el ruido de los martillos por el lejano rumor de la música, aún así, ¿cuál es la misión de la arquitectura?

El proyecto es el espejo de nuestra personalidad, la casa es el castillo que nos cobija de las inclemencias y protege nuestra intimidad, es el escenario de nuestro accionar y la sede de nuestros recuerdos.
Productos arquitectónicos son también las oficinas y fábricas donde trabajamos, los grandes almacenes donde compramos, los multicines donde nos divertimos.

El marco de nuestra existencia es pura arquitectura, de ahí la enorme responsabilidad del arquitecto, esa mezcla de técnico y artista, que crea…que organiza…que construye nuestro espacio vital compaginando belleza y sentido práctico.
Cada proyecto refleja el deseo por hacer lo que nuestra mente, nuestro corazón necesita, es cierto que el proyecto inicial puede ser un completo y rotundo desastre y evolucionar y convertirse en una obra de arte.
La importancia de las distintas acciones que lleva a cabo el proyecto (programar, proyectar, actuar y gestionar) son imprescindibles para cumplir esa intención arquitectónica

En lo que respecta a lo que dijo José Antonio Sosa y Rem Koolhas yo les presento la siguiente pregunta, una cuestión que debería plantearse ya no solo un arquitecto, sino porqué no, toda persona,

¿Hasta qué punto renacemos como aves fénix con cada nueva idea?

Iniciamos un camino desconocido. Una pequeña semilla debe caer en el terreno fértil de nuestra conciencia, debemos alimentarla con una vida de observación, de estudio y reflexión, y poniendo en práctica lo aprendido, errando, corrigiendo, volviendo al origen, desarrollando, llegando a emocionarnos, a entusiasmarnos al ver nuestra obra crecer, magnificándose, convirtiendo un humilde trazo en el más bello arte, un humilde trozo de barro en el testigo de nuestra inmortalidad.

¿Vanidad o necesidad? nos derramamos como agua fresca, nos urge vaciarnos para volver a llenar nuestra mente por el simple placer de crear.
La idea da paso a la estrategia, la batalla puede ser dura, las musas no siempre acuden, los conocimientos no siempre son suficientes, las carencias nos acobardan y nos hacen retroceder, pero la fuerza que emana de nuestra elección, nos permite movernos por el tablero mágico de la batalla con sobrado valor para salir airosos en mil combates, donde un compás se transforma en arma poderosa, una escuadra en escudo protector y un humilde lápiz en la varita mágica que nos dará la victoria.

RODRIGUEZ GONZÁLEZ, ADRIANA

Alba dijo...

No es suficiente con la genialidad o la inspiración para crear una obra como pasa por ejemplo en pintura. En arquitectura no basta sólo con la originalidad; esta constituye una parte muy importante y sobre todo actualmente, pero además de originales y creativos los elementos arquitectónicos tienen que sustentarse, tener coherencia y ser útiles, porque la arquitectura al fin y al cabo es para el hombre, para sus necesidades y deseos. Y es por todo esto por lo que entiendo que la autora afirma que la ignorancia no genera creatividad, para proyectar no es suficiente con las artes, necesitamos esencialmente las ciencias. El arquitecto ha de ser una persona con muchos conocimientos ya que sobre él recaen muchas responsabilidades.
Me parece muy interesante la definición de Rem Koolhaas de arquitectura como una profesión peligrosa, y peligrosa en muchos aspectos y en muchos momentos. El arquitecto tiene que tener la capacidad de proyectar espacios que hagan sentir y espacios mejorados, porque la arquitectura es progreso, y es un reflejo de la sociedad de cada época que perdura en el tiempo. Sería peligroso, por ejemplo, quedarse estancado, que la arquitectura no haga sentir, que no evolucione; porque entonces ya no sería arquitectura. Como bien dice la autora no podemos conformarnos con lo que ya hay, tenemos que continuar el camino hacia la inalcanzable perfección.

TEIGA GUZMÁN, ALBA nº332

isabel dijo...

En el texto Elisa Valero nos habla de las dos partes en las que divide la acción de proyectar. Esta consta de la acumulación de los conocimientos que a lo largo de todo el proceso proyectivo vas acumulando y, la otra parte, la evaluación del trabajo final.

A mi parecer, toda la primera fase de preparación es importante y de gran utilidad, en la que vas desarrollando nuevos aspectos y fijando ideas y conceptos que sin duda van a ser de provecho, y que con los años irás acumulando y se agradecerá el haberlos aprendido. Pero por otra parte, todo este proceso inicial tendrá que ser demostrado en la finalización del proyecto y, muchas veces, todo el esfuerzo realizado a lo largo de su construcción, no muestra su fruto y, en un primer momento, parece que todas las horas de dedicación y esfuerzo, que luego en cuestión de segundos pueden desaparecer, no hayan merecido la pena.

Esto lo enlazaría con la idea que lanzan en el texto de arquitectura como profesión peligrosa. Quizás no lo sea en otros sentidos pero sí en el que se refiere a la incertidumbre de cómo será el punto y final de cada proyecto.

El camino del arquitecto como proyectista no es lineal, seguro y repetitivo, si no que cada proyecto es un nuevo paso, en el que se desarrollarán nuevas ideas, al que te enfrentas con todas tus ganas e ilusiones renovadas pero nunca sabes si en el tropezarás o lograras salir triunfante en busca del siguiente paso.

SANDE FIGUEIRAS, ISABEL 1ºD

Sara dijo...

“La escuela asume el reto de ser un lugar donde se aprende primeramente a mirar, a ver y a entender, a pensar , y en un siguiente paso a integrar todos los saberes en un acto creativo al que llamamos proyectar”

Cuando nacemos como arquitectos, al llegar a la escuela, empezamos a ver de distinto modo las cosas, a pensar arquitectura de forma distinta a como lo haciamos hace unos meses. La escuela de arquitectura nos enseña cada día obras, nos descubre estructuras o geometrías que son nuevas para nosotros, son pequeños aportes pero de gran importancia. Nos enseña, como bien dice Valera Ramos, a mirar, a entender y a ver arquitectura. Es la escuela, un importante tramo de la vida del arquitecto, pues es con esa base con la que nosotros podremos empezar a pensar y a proyectar.

¿Y qué es proyectar? Para mí proyectar es enfrontarse a un problema, ver una solución donde solo hay espacio, hacer del vacío lo tangible, de la nada un sueño y del sueño una realidad. Pero la solución jamás es única y el proyecto te llevará a recorrer numerosos caminos, a pensar, a dibujar, a descartar, a decidir, a volver a cambiar, y en último lugar a soñar que podemos alcanzar lo infinito, lo perfecto, y que aunque nos paremos a contemplar lo que ya está pensado, seguiremos hacia adelante y cada día andaremos un paso más.

En arquitectura existen dos caminos, uno fácil que te lleva a dibujar lo que ya está dibujado, a pensar lo que está pensado, y a construir lo que ya está construido y otro más peligroso (como afirmaba Koolhas) que nos llevará a non conformarnos con lo que tenemos, a querer mejorar, querer cambiar, querer aportar algo a la sociedad; y es este último el que todo arquitecto debería elegir. El camino del proyecto es un trayecto sin final hacia la perfección, que seguramente será inalcanzable, pero no debemos cansarnos de ir a buscarla.

En nuestras manos está como queremos entender el proyecto, y, en último lugar, como queremos entender la arquitectura.


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“Un día, querido Sócrates, del mismo tema hablé con mi amigo Eupalinos.

_ Fedro -me dijo- cuanto más medito sobre mi arte, más lo ejerzo; cuanto más pienso y obro, más sufro y más me alegro como arquitecto; y más sentido de mí mismo cobro, con claridad y goce cada día más ciertos.

En mis largas esperas me extravío; de nuevo doy conmigo por las sorpresas que me causo; y mediante esos grados sucesivos de mi silencio, voy avanzando en la edificación de mí mismo; y me acerco a una correspondencia tan exacta entre mis anhelos y mis facultades, que me parece haber convertido la existencia que me fue otorgada en una especie de obra humana.

A fuerza de construir – me dijo sonriente- creo que acabé construyéndome a mí mismo.”

"Eupalinos o el arquitecto",Paul Valéry


Vázquez Vázquez,Sara.
Grupo D
Nº311

Anónimo dijo...

He leído los anteriores comentarios, y sinceramente no estoy de acuerdo con la idea que se tiene del proyecto. El proyecto es un ejercicio de creatividad; nosotros, cada vez que nos enfrentamos a un proyecto nos enfrentamos a un problema, al que hemos de buscar una solución, y cada uno encontrará una solución diferente, única e individual.
Para ello puede usar distintos instrumentos, consultar distintas fuentes.... pero el proyecto es ante todo un acto de inspiración, nosotros almacenamos en nuestro interior diferentes ideas a través de la observación y el aprendizaje, y el acto de crear no es mas que adaptar nuestro vagaje y concretizarlo; pero en eso consiste la originalidad, en aquello que sale de uno mismo.
Por tanto el arquitecto no ha de ser ordinario, no es un ingeniero que solucione los problemas como una máquina, es un artista que juega con el espacio y la luz.
Y en la escuela abren la mente, nos enseñan a observar y nos dan aquellas herramientas que en un futuro usaremos, no nos dan una serie de autores a los que copiar, y ser arquitecto no es simplemente calcular estructuras o aparejar ladrillos, sino buscar la perfección.

SÁNCHEZ PENA, ALEJANDRO
nº 308 1ºD

Anónimo dijo...

En mi opinión, el proyecto implica originalidad e inspiración, pero también es resultado de un duro trabajo.
yo creo que nosotros estudiamos en esta escuela para prepararnos y aprender, si no tenemos suficientes conocimientos no podremos proyectar, porque, como dice en el texto, sin cierta cultura la originalidad no es suficiente.
proyectar es resolver un problema, y quien resuelve un problema debe saber como hacerlo.
pero, por otro lado, la originalidad y la creatividad son necesarias, pues sin ellas es imposible crear algo por muchos conocimientos que tengamos.
con cada proyecto opino que nosotros avanzamos y nos desarrollamos, maduramos, así que proyectar es un camino, un camino que puede cambiar en cualquier momento y nunca sabremos a dónde nos puede llevar.

Stepska, Izabela

Anónimo dijo...

El proyecto...

Supongo que la pregunta obligada al afrontar un texto como este no es otra que ¿qué es para mi el proyecto? El proyecto es un reto, un ideal, un sueño y, en definitiva, la meta de todo arquitecto. Supone una realidad compleja, síntesis de elementos cuya finalidad es alcanzar el equilibrio entre las tres componentes vitruvianas. Pero no sólo es eso, es incertidumbre y ,en ocasiones, desasosiego, es dormir poco, pensar mucho, hacer, deshacer y rehacer, es un esfuerzo que muchas veces no se ve recompensando lo cual no debe hacernos cesar en nuestro intento sino impulsarnos a seguir intentándolo.
El proyecto posee esa doble acción de la que habla la autora del texto, esa parte formal en la que cuenta el resultado y que en estos momentos de iniciación muchas veces nos resulta frustrante pero también cuenta con esa otra parte, la que se alimenta de esa frustración, de esa incertidumbre y de los errores y fracasos y gracias a la cual se madura, porque el proyecto mas allá de ser un ejercicio calificable es un reflejo de la propia evolución personal.
Y es en este punto cuando cobra importancia la escuela y su misión de “maestra de la arquitectura”, me atrae la idea de escuela como “lugar donde se aprende a mirar, a ver y entender, a pensar, y en su siguiente paso a integrar todo los saberes en un acto creativo al que llamamos proyectar”. Creo en la escuela como punto de partida de la arquitectura, como lugar de transmisión, de intercambio, de aprendizaje y de experimentación, lastima que haya días en que esto parezca mera utopia.
Sin embargo mi intención no es criticar la escuela sino señalar su decisiva labor para el proyecto, es imprescindible aprender el máximo en todos los campos que abarca la arquitectura, geometría, construcción, estructuras…,para poder acercarnos progresivamente a la perfecta resolución del proyecto . La originalidad sin una base de conocimientos sólida no tiene cimientos y al igual que un edificio se caería por su propio peso, las ideas brillantes sin todo este aprendizaje previo pierden su luz rápidamente, con esto no insto a la creación de sistemas perfectamente funcionales, ordinarios y vacíos de sentido. La originalidad es ese distintivo que hace especial a la arquitectura y la distingue de otras ciencias, pero no es algo que deba obsesionarnos durante el proceso creativo, puesto que es una propiedad inherente a todo proyecto. Finalmente, solo acabar redefiniendo el proyecto como un camino hacia la inalcanzable perfección, un sendero en el que no solo el proyecto cambiará sino también nosotros mismos, un camino en el que el esfuerzo y la constancia son claves así como las ansias de buscar algo más, y será ese inconformismo el que nos lleve de la mano de la originalidad hacia nuestra meta, el proyecto.

Riesco Velasco, Ana
nº283 1ºD

GLORIA dijo...

CADA PROYECTO ES LA ILUSIÓN DE AVANZAR UN POCO MÁS,DE PROFUNDIZAR EN ALGO INTENSO Y APASIONANTE.Si tuviera que quedarme con algun fragmento del texto me quedaría con este,sin duda.Porque es realmente lo que siento cada vez que comienzo un nuevo proyecto de clase.Para que tantas palabras complicadas? a mi no me salen...La sensación de ver acabado un trabajo despues de largas horas sin dormir,la habitación llena de cachitos de cartón pluma,las colas en la papeleria,los dedos llenos de pegamento y de tinta,las horas en la biblio buscando,las manos medias dormidas de hacer tantas paralelas,un monton de rollos de papel A2 y A3 por el suelo,los dichosos manchones que nos hacen repetir de nuevo los planos, esa sonrisa que se nos pone a todos cuando decimos la palabra:bueno...YA ESTA!La satisfacción de estar haciendo algo que te encanta,que te apasiona.Aprender algo nuevo cada dia.Para mí ese es el verdadero proyecto.

VÁZQUEZ FERREIRO,GLORIA
GRUPO D Nº 343

Anónimo dijo...

Existen diversas definiciones de proyecto ,pero en el fondo todas llegan a una conclusión , un proyecto es un problema ante el cual nos encontramos y para el cual debemos encontrar una solución , una solución que se alcanzará tras un cierto tiempo de dedicación y de documentación , y la cual nos hace entrar en una incertidumbre ya que no sabremos cuando es la correcta y cuando está completa.
Para el proyecto además de conocimientos creo que también es fundamental la creatividad de cada uno ,ya que esta se verá reflejada en cada proyecto y es lo que hará que cada solución a un mismo proyecto sea diferente.
Creo que este texto nos viene como anillo al dedo debido a que acabamos de entrar en el mundo de la arquitectura el cual desconocemos ,unos más y otros menos, y por falta de conocimiento creemos muchas veces que estamos desperdiciando nuestro tiempo porque no sabemos ni por donde empezar y cuando empezamos por donde continuar, pero cuando nos venimos abajo tenemos que pensar que con cada proyecto nos vamos completando un poco más como personas y como arquitectos, ya que iremos por diversos caminos de los cuales muchos serán los incorrectos pero es lo que debemos hacer ,experimentar ,jugar en el espacio… y lo más importante hacerlo siempre con la misma ilusión y la misma pasión del primer día, y buscar la perfección en el camino que nos lleva cada proyecto y no darnos por vencidos si no la encontramos porque cada proyecto es un camino nuevo donde buscarla.
¿PELIGROSO?....puede ser, pero creo que ante todo :APASIONANTE


SÁNCHEZ PEREIRA,SARA
1ºD nº:309

Anónimo dijo...

La frase que más me llamó la atención de todo el texto, fue la afirmación que hizo Rem Koolhaas (la arquitectura es una profesión peligrosa). Creo que, en gran parte, tiene razón. Un arquitecto nunca sabe cual será su próximo proyecto, a que se va tener que enfrentar. Ahí es donde se demuestra la capacidad que tiene el arquitecto para diseñar nuevas construcciones. No es porque sea más original (que no quiere decir que sea mejor), sino por la facilidad para construir diferentes tipos de viviendas. También puede ocurrir que algunos proyectos no salgan bien, pero si no se intenta explorar nuevos terrenos nunca sabremos hasta donde podemos llegar.
Creo que la arquitectura es un arte el cual no tiene límites, y los arquitectos personas que tienen la suerte de poder edificar lo que plasman en un papel.

Silvia Vázquez Rguez
nº344 1ºD

Anónimo dijo...

La frase que más me llamó la atención de todo el texto, fue la afirmación que hizo Rem Koolhaas (la arquitectura es una profesión peligrosa). Creo que, en gran parte, tiene razón. Un arquitecto nunca sabe cual será su próximo proyecto, a que se va tener que enfrentar. Ahí es donde se demuestra la capacidad que tiene el arquitecto para diseñar nuevas construcciones. No es porque sea más original (que no quiere decir que sea mejor), sino por la facilidad para construir diferentes tipos de viviendas. También puede ocurrir que algunos proyectos no salgan bien, pero si no se intenta explorar nuevos terrenos nunca sabremos hasta donde podemos llegar.
Creo que la arquitectura es un arte el cual no tiene límites, y los arquitectos personas que tienen la suerte de poder edificar lo que plasman en un papel.

Silvia Vázquez Rguez 1ºD

Marta dijo...

"La enseñanza del proyecto es como una partida de ajedrez".
A mi parecer esta frase explica perfectamente el sentido que Elisa Valero le quiere dar a la palabra proyectar.
Igual que para practicar ajedrez necesitamos saber cómo se juega para poder así prever los movimientos de nuestro adversario y triunfar, para proyectar es necesario enriquecernos de todo lo que es imprescindible para dicho fin.
Nunca podemos partir del vacío y crear algo de la nada porque el propio proyecto parte de un largo camino de formación. No con esto quero decir que el proyecto sea algo exacto que se halle mediante ecuaciones matemáticas sino que la originalidad parte de la propia interpretación de cada persona ante un porblema determinado. De ahí la importancia de caer y saber levantarse.
Como un buen profesro dijo un día ser original no es ser raro sino hacer tuyo el proyecto.
Lo único vacío de lo que debemos partir será de un folio en blanco don de nuestras ideas irán resurgiendo ya maduras para poder ser concebidas.

"La enseñanza del proyecto es como una partida de ajedrez". La originalidad esta en uno mismo.
Ser uno mismo no puede ser peligroso!

SÁNCHEZ RODRÍGUEZ,MARTA
GRUPO D

Anónimo dijo...

Se podría decir que estoy completamente de acuerdo con Doña Elisa Valero.
La Escuela de arquitectura es el lugar en el que se enseña como llegar al acto creativo a partir de la observación, la meditación y la integración de los saberes.
El acto de proyectar conlleva una doble acción: por un lado se encuentra la parte visible y material, y otro lado está el "callo", por decirlo de alguna manera, que ha dejado en el proyectista la creación del proyecto.
La creatividad y la calidad arquitectónica son independientes de la originalidad.
A la hora de proyectar, se tendrá mas libertad en la toma de decisiones y más opciones a mayor conocimiento se tenga de la materia.
También se ha de saber integrar correctamente los distintos elementos que van a formar parte de un proyecto, desde las instalaciones a la estructura.
Los proyectos forman parte de un camino sin fin, en el que los profesores nos inician marcándonos el paso.
Cada proyectista seguirá un camino diferente en el que se adquirirán nuevos conocimientos a medida que nos impliquemos en buscar soluciones.
El terreno de los proyectos es infinito y siempre está en constante evolución.

SÁNCHEZ DE CELIS, JAVIER
Nº305 1ºD

Anónimo dijo...

“Cada proyecto, es la ilusión de avanzar un poco más, de profundizar en algo intenso y apasionante”. Una afirmación muy acertada y certera ya que esta profesión es apasionante, no se puede negar. Hay que reconocer que esta carrera no es para débiles ni para vagos, es para cabezudos, personas luchadoras y personas a las que realmente le apasione este trabajo. Si esto no fuese así mejor plantarla y empezar algo nuevo. Esa ilusión (que por lo menos tengo yo cuando me enfrento a un nuevo proyecto en la escuela) compensa las horas de sueño perdido, el estrés que puede llegar a producir el estar delante de una mesa llena de papeles, reglas, lápices, etc. durante horas y horas dándole vueltas a una idea que tienes en mente hasta que por fin te convence y la proyectas, las horas perdidas entre libros buscando información, a veces no obtener el resultado esperado ante los profesores…todo eso lo compensa el pensar que estás ahí para aprender, para no pasar dos veces por el mismo camino, para aprender de los errores y quedarse con las cosas buenas que sacamos de cada nuevo proyecto.
“Una profesión peligrosa”; si, se podría considerar. Un arquitecto tiene en su persona desde el primer momento en que realiza un proyecto, una responsabilidad tremenda. Tiene que saber interpretar ante un papel lo que el cliente tiene en su mente, la responsabilidad de que no se le caiga el edificio, pensar que en ese lugar que nosotros acabamos de habitar, por ejemplo una casa para una familia, al final no resulta adecuado, tendremos un pesar de que allí tienen que vivir unas personas que han invertido mucho en ese proyecto para al final estar a disgusto.
Para acabar me gustaría hacerlo con una frase del filósofo Nietzsche, en el que refleja que nosotros a través de la arquitectura podemos llevar a cabo de una manera visible los proyectos que ayuden a engrandecer al hombre.

"En la arquitectura, el orgullo del hombre, su triunfo sobre la gravitación, su voluntad de poder, asumen una forma visible."


Vázquez Sayáns, Inés
1ºD
nº345

Anónimo dijo...

“Cada proyecto, es la ilusión de avanzar un poco más, de profundizar en algo intenso y apasionante”. Una afirmación muy acertada y certera ya que esta profesión es apasionante, no se puede negar. Hay que reconocer que esta carrera no es para débiles ni para vagos, es para cabezudos, personas luchadoras y personas a las que realmente le apasione este trabajo. Si esto no fuese así mejor plantarla y empezar algo nuevo. Esa ilusión (que por lo menos tengo yo cuando me enfrento a un nuevo proyecto en la escuela) compensa las horas de sueño perdido, el estrés que puede llegar a producir el estar delante de una mesa llena de papeles, reglas, lápices, etc. durante horas y horas dándole vueltas a una idea que tienes en mente hasta que por fin te convence y la proyectas, las horas perdidas entre libros buscando información, a veces no obtener el resultado esperado ante los profesores…todo eso lo compensa el pensar que estás ahí para aprender, para no pasar dos veces por el mismo camino, para aprender de los errores y quedarse con las cosas buenas que sacamos de cada nuevo proyecto.
“Una profesión peligrosa”; si, se podría considerar. Un arquitecto tiene en su persona desde el primer momento en que realiza un proyecto, una responsabilidad tremenda. Tiene que saber interpretar ante un papel lo que el cliente tiene en su mente, la responsabilidad de que no se le caiga el edificio, pensar que en ese lugar que nosotros acabamos de habitar, por ejemplo una casa para una familia, al final no resulta adecuado, tendremos un pesar de que allí tienen que vivir unas personas que han invertido mucho en ese proyecto para al final estar a disgusto.
Para acabar me gustaría hacerlo con una frase del filósofo Nietzsche, en el que refleja que nosotros a través de la arquitectura podemos llevar a cabo de una manera visible los proyectos que ayuden a engrandecer al hombre.

"En la arquitectura, el orgullo del hombre, su triunfo sobre la gravitación, su voluntad de poder, asumen una forma visible."
Vázquez Sayáns, Inés
1ºD

Anónimo dijo...

AL comentario de Alberto Terán quiero aclararle que la arquitectura no es totalmente subjetiva porque los parametros de firmitas y utilitas son objetivos, si la casa se cae, o la escalera da cabezada objetivamente no es buena arquitectura.
elisa valero

Anónimo dijo...

¿Que es proyectar? esa es la gran pregunta a la que muchos han tratado de dar respuesta, unos mas acertados que otros pero todas válidas. A nosotros todavia nos coge un poco pronyo el explicar que sentimos cuando proyectamos, ya que la mayoria(me incluyo), cuando realizamos un proyecto lo que tratamos es de realizar lo mas rapido y menos costoso posible, en pate porque el proyecto que realicemos nos coge de lejos, es decir, se nos plantea en clase de forma generica y tratamos de buscar una solucion practica, porque considero que para que exista un proyecto primero debe de existir un problema al cual tratemos de dar solucion, edsa solucion es el proyecto, que resolvemos de la mejor manera que podemos.
La arquitectura es una ciencia-arte basado en muchas artes y muchas ciencias, por ello un mayor conocimiento en dichos campos amplia nuestros horizontes permitiendonos resolver el problema con una mejor solucion, por ello, estoy de acuerdo con el comentario de elisa valero:'para el desarrollo de unproyecto de arquitectura es preciso conocer un conjunto de conceptos basicos', estos conceptos los estamos adquiriendo de manera progresiva en la escuela lo que nos permitira realizar cada vez proyectos de mayor nivel y envergadura. Aunque un mmayor conocimiento no implica una mejor solucion pero si facilita la comprension del problema.
Creo que la originalidad como objetivo esta mal encaminada porque cada proyecto tiene su propia historia, sus anecdotas... lo principal de un proyecto es satisfacer las necesidades para las cuales fue creado y todo lo que se añada a posteriori es ornamento.
VIDAL PENA, BORJA Grupo D